Quizás, para muchos las jeringas y agujas puedan generar miedo y, a la vez, alivio. Al ser extraída la aguja del cuerpo por parte del personal de enfermería, se produce una sensación de tranquilidad. Pues el medicamento que ha ingresado, proporcionará debidamente un beneficio para el bienestar del paciente.
Implementar una jeringa requiere una responsabilidad muy importante, porque de esta dependen diversos factores. En primer lugar, que el tratamiento se realice adecuadamente y, en segundo lugar, que la implementación de este instrumento no llegue a generar daños colaterales en el organismo, una vez aplicados en el paciente.
Por esa razón, las agujas y jeringas deben cumplir con estándares de calidad que aseguren una buena utilización y excelentes resultados. Así como sucede con la sutura atramat o cualquier otro instrumento médico.
¿Cuáles pueden ser los daños colaterales?
- Ruptura de vasos sanguíneos.
- Moretón doloroso.
- Dolor, por el hecho de que se deba inyectar varias veces, si es que la jeringa se ocluye (cierre de un conducto).
¿Por qué surgen este tipo de problemas?
Por lo general, los daños mencionados anteriormente se generan cuando la jeringa que se usa viene con algún defecto de fábrica. Las características que los pacientes y el personal médico deben verificar cuando adquieren o van a usar las jeringas y agujas son las siguientes:
- Es importante que estos instrumentos no contengan rebabas en el pivote, porque pueden desprenderse al momento de la inyección e, inclusive ingresar al torrente sanguíneo por el paciente, lo que puede generar problemas serios de salud.
- La aguja debe embonar de manera perfecta, dado que se corre el riesgo de que se pueda tapar o tener fugas o el caso de que salga disparada, debido a la presión y generar daños importantes.
- El instrumento debe tener claridad en los números.
- Soportes óptimos para conseguir un mejor agarre.
- Tapón con buena lubricación para conseguir un buen deslizamiento.
- Anillos para conseguir dosis correctas y, evitar así, que el líquido se pueda salir por accidente.
¿Qué jeringa debo elegir para una inyección?
Aplicar tratamiento por vía intravenosa es una de las maneras de mayor efectividad para suministrar cualquier medicamento y amerita la implementación de agujas y jeringas de excelente calidad. Cada instrumento de esta categoría es un mundo en específico y se debe conocer con exactitud ¿cuál se requiere para cada momento? Estos productos también se pueden usar para la extracción de sangre o para realizar transfusiones.
Las jeringas desechables cuentan con un tubo redondo, a través del cual se encuentra el líquido (sangre, medicamento, suero, etc.) Este tubo está calibrado y se puede elegir conforme al uso que se le vaya a dar. Se pueden encontrar instrumentos desde 0.5 ml hasta 60 ml.
Una jeringa de 1 a 3 ml tienden a ser suficientes para aplicar inyecciones subcutáneas o bajo la piel, inyecciones intramusculares o bajo el músculo. Las jeringas de mayor tamaño se suelen aplicar para administrar medicamentos o para irrigar heridas.
¿Qué tipo de inyecciones existen?
Entre los tipos de inyecciones que se pueden encontrar, están:
Inyecciones intravenosas
Se usan para administrar medicamentos por vía intravenosa, es decir, en el interior de la vena, con el propósito de que las sustancias puedan llegar de manera directa a la sangre.
Inyecciones intradérmicas y subcutáneas
Tienden a tener un agujero más pequeño y una aguja más corta. Este tipo de instrumentos se suelen implementar para aplicar insulinas, prueba de PPD, entre otros más.
Inyecciones intramusculares
Permiten llegar al músculo. Se requiere de una aguja más larga.
En términos generales, el grosor de las inyecciones depende del medicamento que se vaya a administrar, dado que la dosis puede variar según el diagnóstico que tenga el paciente.
¿Cómo elegir la jeringa correcta?
Elegir una jeringa adecuada es fundamental para garantizar la seguridad y eficiencia de todo el procedimiento. Entre los aspectos que se pueden tener presente a la hora de elegir un instrumento adecuado, se encuentran los siguientes:
- Tipo de administración. Se debe considerar la vía de administración del medicamento (intramuscular, subcutánea, intravenosa, etc.) y elegir una aguja que sea apropiada para dicha vía.
- Tipo de jeringa. Se recomienda determinar si se requiere una jeringa para dosis única o múltiples dosis, conforme al medicamento que se va a administrar en una sola ocasión o varias veces.
- Material. Las agujas pueden estar fabricadas en acero inoxidable o materiales recubiertos. En el caso de estos primeros, son los más comunes y ofrecen durabilidad y afilado de manera constante.
- Volumen del medicamento. En todo momento, se recomienda seleccionar una jeringa que tenga capacidad suficiente para contener la dosis requerida del medicamento. En caso de necesitar una dosis más pequeña, se puede considerar el uso de una jeringa de menor volumen.
- Longitud. Esta debe ser suficiente para alcanzar el tejido o el área deseada, sin llegar a penetrar demasiado. Por ejemplo, para inyecciones intramusculares se requiere una aguja más larga que para el caso de las inyecciones subcutáneas.
- Calibre. Este tiene relación con el diámetro de la aguja. En el caso de las agujas más finas, tienen mayor calibre y generan menos dolor. Además, son ideales para administración de líquidos viscosos o pacientes que son más sensibles.
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